Heridas quirúrgicas

De todas las heridas, las heridas quirúrgicas son probablemente las más características. De hecho, a diferencia de otras heridas, estas han sido provocadas de forma intencionada en un procedimiento médico destinado a tratar una enfermedad o problema existente. Las precauciones y los cuidados asociados deberían garantizar una cicatrización óptima.

¿Qué es una herida quirúrgica?

Las heridas quirúrgicas se clasifican en dos tipos, son fácilmente identificables y tienen que ver con el tamaño de la incisión y su ubicación:

  • Herida quirúrgica cerrada con sutura simple (cicatrización por primera intención ). Se trata de una herida cuyos bordes se cierran en quirófano utilizando hilos de sutura, grapas o adhesivos cutáneos. Se distingue por la ausencia de pérdida de tejido cutáneo (piel); cicatriza rápidamente (la epidermis se reconstituye en 7 días ,la cicatriz se consolida en un mes y cicatriza permanentemente en 12 o 18 meses). 
  • Herida quirúrgica con cicatrización dirigida (cicatrización por segunda intención) Esta herida se presenta con una pérdida importante de tejido cutáneo, cuyos bordes no se pueden unir. La herida, que se deja abierta de forma intencionada, requiere unos cuidados adecuados para que cicatrice. En el caso de una herida profunda, también se puede colocar un drenaje para facilitar la evacuación de algunos fluidos (sangre o pus, en particular).

Causas y complicaciones

Tenga su origen en una operación menor o en una intervención quirúrgica de mayor alcance, la herida quirúrgica sigue siendo una ruptura de la capa cutánea.  Tras la operación, determinadas situaciones pueden detener el proceso normal de curación, cuyas fases son las mismas que las de una herida aguda.

Entre los factores que pueden retrasar la cicatrización de una herida quirúrgica se encuentran:

  • Factores relacionados con la herida (infección, falta de suministro de oxígeno a la herida, hematomas, etc.).
  • Factores relacionados con el estado general del paciente (fumador, malnutrición estrés, diabetes, etc.).

Durante la fase de cicatrización, es necesario un control estricto de la herida quirúrgica y acudir al médico o a la enfermera en los siguientes casos:

  • Si la cicatriz sangra.
  • Si tiene fiebre
  • Si la cicatriz desprende un olor desagradable.
  • Si la cicatriz es dolorosa o dura al tacto tras una semana.

Tratamiento de las heridas quirúrgicas

El tratamiento de este tipo de heridas consiste tanto en minimizar los riesgos de infección como en lograr rápidamente una cicatriz que resulte aceptable desde un punto de vista estético. Los cuidados difieren en función del tipo de herida.

  • Herida quirúrgica cerrada con sutura simple (cicatrización por primera intención). La herida se cubre con un apósito protector y se limpia con agua y jabón o solución salina. Las suturas o grapas suelen retirarse pasados de 5 a 15 días. .
  • Heridas sin sutura (cicatrización  por segunda intención). Tras retirar el tejido muerto o desvitalizado,  el personal de enfermería utiliza apósitos para agilizar la cicatrización en un entorno de temperatura y humedad adecuado. Estos se cambian con regularidad, en condiciones asépticas óptimas.

¿Y después?

Con las heridas quirúrgicas se han de tomar algunas precauciones fundamentales, en especial en lo que respecta al tiempo de cicatrización:

  • Una herida quirúrgica debe estar cubierta con un apósito resistente al agua para permitir la ducha del paciente.
  • El paciente no debe realizar ejercicio físico intenso en los días siguientes a la intervención.
  • Seguir un estilo de vida saludable (sin fumar, beber y con una dieta saludable).
  • Evitar la exposición de la cicatriz al sol.